Desarrolla y pon en práctica la inteligencia cultural.

Este término, de reciente uso y de poca difusión, pese a
lo simple en su concepción y definición, es de extrema importancia en la
actualidad.
Estamos en la aldea global, en donde los flujos
migratorios han adquirido una proporción sin precedentes en la historia, las
nuevas tecnologías nos hacen vivir experiencias sin necesidad de salir de
nuestros hogares, hay una tendencia hacia un mayor número de expatriados que
tienen que ir a vivir y trabajar en otros países. Todos estos elementos hacen
que, tener un mayor conocimiento de las distintas culturas, sea una premisa
para la mejor adaptación y, por lo tanto tener éxito en la convivencia con los
miembros de una determinada comunidad.
La
inteligencia cultural (QI) es la capacidad de adaptarse y convivir en una
cultura distinta sin perder la tuya, se trata de tener una sensibilidad y una
capacidad de observación para conocer, fijar y “absorber” elementos de la
cultura y de la idiosincrasia locales sin anular tu propia cultura.
No se trata de un proceso de “a culturización” como lo era
en el tiempo de la colonización, ni tampoco hacer una trinchera para no conocer
la cultura local, sino de algo intermedio, aceptar los valores de la cultura
del sitio en donde vives sin abandonar los tuyos.
Según el profesor William Davis, un experto en QI, para
desarrollarla es necesario que uno esté despojado de “prejuicios” de la nueva
cultura y estar abierto a recibirla, y define 4 factores que influyen en el
proceso:
·
El factor deseo,
que no es más que el deseo de conocer la cultura en la que se va a vivir o
trabajar.
·
El factor conocimiento,
que es conocer efectivamente la cultura a través de la información y formación,
mediante distintas fuentes, de todo lo que se pueda aprender antes de ir a
vivir o trabajar en esa cultura.
·
El factor estrategia
que, refiere que hay que tener una estrategia para poner en práctica lo
conocido en la nueva cultura.
·
El factor comportamiento,
que es el momento en donde se pone en práctica los conocimientos de la cultura
in situ, hacer una evaluación y retroalimentación para ir mejorando.
El desarrollo este concepto como mecanismo de integración
cultural ha tenido un mayor uso en los países anglosajones-fundamentalmente
EEUU- muy acostumbrados a tener personas de distintas índoles, de diversas
latitudes y culturas, en donde es necesaria una efectiva integración como forma
de conseguir, mantener y mejorar sus intereses económicos y
geoestratégicos. Pero imagínese, que
pudiera saber esto antes de ir a Cuba en el año 1987, conocer cosas de su
cultura, costumbres o conocer previamente detalles de interés de los otros países
en donde habría de vivir, sería como acortar el tiempo de la adaptación, esto
mismo han pensado los ideólogos de la QI.
En Cuba, país en el que he vivido por muchos años y en el
que, junto con otros, fuimos conociendo,
mediante la experiencia vivida, la idiosincrasia y las costumbres locales, el
término, “qué bolá”, por cierto
usado en un tuit del presidente Obama en su reciente visita a Cuba, es
utilizado como una contraseña a la cubanía, reduce la distancia y acerca a la
persona a los cubanos, es algo de indica camaradería y cercanía, por citar un
pequeño ejemplo, luego está un asunto muy socorrido como lo es la pelota, el
béisbol que es la pasión nacional y un tema en el que la mayoría de los cubanos
se sienten cómodos, hablando y hasta expertos.
En España, país en el que actualmente vivo, en cambio un “Hola”, es un saludo muy recurrente, en
cualquier sitio que encuentras a una persona española surge la expresión, luego
es costumbre tener conversaciones con los vecinos en los ascensores, casi
siempre del tiempo, también se puede hablar del futbol que es el pasatiempo
nacional, o hablar de las vacaciones y de los viajes o la playa, es que a los
españoles les encanta el viaje, la playa y las fiestas.
Pero la QI no solo es bueno para saber lo que se debe o se
puede hacer, también para lo que no se puede o se deba hacer, los tabúes, las
cosas prohibidas, lo que se considera falta de respeto, de consideración o
educación.
En la cultura musulmana no se debe de tocar a una mujer,
hay culturas en donde no se da la mano como la japonesa, en lugar de eso se
inclina cómo señal de respeto, en occidente se desea contacto visual y se
sellan los tratos con un apretón de manos, en norte de la India asentir con la
cabeza es negar y lo contrario es aceptar, hay lugares en donde se habla bajo y
hablar alto es de mala educación, en España por ejemplo se habla alto y no es
mal visto, y así infinidad de ejemplos que, saberlo de antemano no viene mal
para no causar una mala impresión.
A veces, una simple palabra marca la diferencia, si a una
persona que profesa la fe Hebraica le dices Shalom, un hindú le dices Namasté,
a un chino le dices Ni Hao y a un árabe le salam
no solo le alegrarás el momento, sino que vería en ti a alguien que ha
tenido la amabilidad de decirle un saludo propio de su cultura y eso
seguramente te situaría más cerca de esa persona. No es casual que hoy se
aprendan palabras y frases por parte de grandes líderes, presidentes,
empresarios para pronunciarlas en los momentos adecuados para así conseguir un
golpe de efecto, a todos nos alegra que hablen nuestra lengua, conozcan
nuestras costumbres, algo que pueda indicar el interés hacia nosotros del que
viene a estar entre nosotros, así su estancia sea breve.
La inteligencia cultural dota a la persona de información
clave acerca de la nueva cultura, la forma en aspectos vitales para entender y
desarrollar en la nueva cultura y proporciona una preparación psicológica para
enfrentar con éxito la vida en la cultura local, lo que permite establecer
relaciones sociales y laborales exitosas, encontrar un sitio y hasta ser feliz
en un país distinto al de la persona que viene.